jueves, 15 de octubre de 2009

Pasamos a describir la Sintomatología Clínica y Conductual


INATENCION:
La inatención sería el resultado de una perturbación del proceso cerebral normal que impide y obstaculiza este mecanismo tan importante para el aprendizaje. La inatención está relacionada con la actividad sensorial. El niño con ADHD reacciona ante todos los estímulos ofrecidos.
Tal situación refleja una incapacidad para organizar jerárquicamente los preceptos y las ideas, con lo que éstos adquieren una importancia uniforme, porque el niño presta la misma atención tanto a lo esencial como a lo secundario.
No parece escuchar las indicaciones y en general, no completan la tarea escolar.
Al no poder concentrarse en el trabajo y en diversas tareas que le imponen sus obligaciones, esto es reflejado en sus calificaciones y conceptos de sus maestros y profesores. Pero también en los juegos, les es muy difícil adaptarse a los códigos y normas de cada uno de ellos.
Esto hace mostrar al niño ante sus maestros como si fuera deficiente mental, cuando en realidad son niños con inteligencia normal.
Tienen descendida la capacidad de hacer prevalecer la Direccionalidad y Focalización de la Atención, que es la que nos incorpora la posibilidad de aprender, jerarquizando la globalización espontánea, es decir aquella que capta estímulos variados en calidad e intensidad y que los desvía del objetivo primordial, cuál sería la utilización adecuada del proceso enseñanza-aprendizaje, tema que nos compete a esta presentación.
Creemos que esta particularidad pone el sello específico del Síndrome de Dificultad Atencional.
HIPERQUINESIA O HIPERACTIVIDAD:
Es un estado de movilidad casi permanente que el niño manifiesta desde pequeño. Se origina en su interior y se manifiesta en todas las actividades de su vida.
Hay autores que explican la Hiperactividad a partir de la perturbación de la Atención, aduciendo que el niño no puede dejar de responder a los estímulos que percibe y de allí los movimientos y acciones cambiantes e incesantes, que lo tornan conductualmente molesto e irritante, a la vez que de difícil contención organizativa social y escolar.
La Hiperactividad motora no conlleva realizar acciones productivas, sino al contrario, no termina nada de lo mucho que inicia.
Es corredor y trepador, no elige estar sentado y es muy difícil mantenerlos entretenidos. Hemos observado que si los estímulos son muy intensos e interesantes, como por ejemplo, la computación o programas televisivos elegidos por él, puede llegar a concentrarse algún tiempo y sacar conclusiones útiles.
IRRITABILIDAD:
Tanto los estímulos placenteros como los frustrantes provocan respuestas exageradas de júbilo o enojo.
Se observan dos formas sintomáticas derivadas de su tendencia irritativa. Por un lado, el niño muestra escaso control sobre su conducta y ésta se vuelve impredecible a la vista de los adultos. Pero también observamos una baja tolerancia a las frustraciones que se manifiestan con rabietas y berrinches exagerados.
Al no ser complacidos en lo que desean, pueden terminar en crisis de tanta importancia, que los padres pierden muchas veces la paciencia y los reprenden o castigan, generando reacciones agresivas y no buscadas por sus progenitores.
IMPULSIVIDAD:
Es la pérdida de la capacidad para inhibir la conducta. El niño hace lo que el impulso le indica, sin medir las consecuencias de sus actos.
Da la impresión de no poder tolerar la menor demora en la satisfacción a sus demandas. Actúa sin pensar ni evaluar el resultado de su proceder.
La impulsividad incluye lo que podríamos denominar "conducta antisocial", que está integrada por agresividad y destructividad.
Es notorio que interrumpa las conversaciones, se adelante en las respuestas y que en los juegos grupales no espere su turno.
También vemos como valor agregado, sintomatología relacionada a la patología emocional, como lo son la enuresis y algunas veces encopresis.
Al cometer actos que deriven en agresividad, son niños demasiado frecuentemente castigados y muchas veces confundidos con psicópatas, aunque no lo son.
Requieren estar sujetos a constante supervisión y aún así, no podremos garantizar un control en su conducta.
INCOORDINACION MUSCULAR O INMADUREZ MOTORA:
Necesitan estar sujetos a constante supervisión, la cual no siempre es efectiva.
Algunos de los niños hiperquinéticos tienen un desarrollo motor aceptable, pero lo habitual es que exhiban torpeza general, la que involucra tanto a los movimientos gruesos como a los finos.
Son frecuentes las caídas y golpearse contra muebles. Su poca seguridad para retener cosas entre las manos, los hace poco confiables para transportar objetos frágiles, etc.
La incoordinación para los movimientos finos se descubre fácilmente en la caligrafía, así como también dificultades para abotonarse la camisa, recortar figuras, etc.
Hay alteraciones en el rendimiento general y en la coordinación ojo-mano, y se perciben dificultades en el equilibrio.
La dispraxia como conviene llamar a esta forma de incoordinación, cuando acompaña a los síntomas más frecuentes de la disfunción, adquiere una significación importante y su reconocimiento contribuye sin duda al diagnóstico.
La tendencia de estos niños a responder forzadamente a todos los estímulos, se refleja en su interés y atracción por detalles mínimos e irrelevantes.
Se manifiesta de esta forma una incapacidad para organizar jerárquicamente los estímulos, de tal manera que todos adquieren una importancia similar, y con frecuencia la atención se dirige más hacia lo superfluo que a lo esencial.
A partir de esta incapacidad el niño puede adoptar una actitud de OBSESIVIDAD, que se traduce como una conducta PERSEVERATIVA.
La perseveración puede pasar desapercibida, pero habitualmente está presente.
La demanda de atención que exhiben, se traduce en una conducta repetitiva, estereotipada y a veces compulsiva.
LABILIDAD AFECTIVA:
Es el resultado de la conducta imprevisible. La irritabilidad, la hiperactividad y la agresividad son síntomas pertenecientes a la esfera afectiva.
Entre otros trastornos del campo de lo emocional podemos citar la disforia, la cual se caracteriza por la anhedonia, la depresión, la deficiente autoestima y la ansiedad.
La anhedonia es la incapacidad para experimentar placer. Los niños pueden mostrarse sobreexcitados, pero la cualidad misma de la vivencia no es la adecuada para la situación que se vive. Difícilmente se le puede satisfacer completamente, siempre quiere más u otra cosa.
Es frecuente observar la presencia de los llamados equivalentes depresivos o bien de la depresión enmascarada que juegan un papel importante en la evolución y el pronóstico del Síndrome A.D.H.D.
Con referencia a su baja Autoestima, se observa que los niños mayores y los preadolescentes con A.D.H.D., frecuentemente se consideran a si mismos incapaces, diferentes, malos e inadecuados, generando alteraciones importantes en la estructura de su personalidad. Recordemos que muchas veces escuchó decir que él es inteligente y capaz, pero en los hechos esas posibilidades no se les dan.
DESOBEDIENCIA PATOLOGICA:
Son desobedientes, pero su actitud y limitaciones establecidas por los adultos que tienen autoridad sobre ellos, no es la de quien desobedece a sabiendas de que comete una falta que habrá de ocultar, sino la de quien no ha comprendido la prohibición y su significado, ni mucho menos la necesidad de acatarla.
El niño comete una y otra vez la misma falta sin tratar de ocultarla y sin comprender por qué se lo castiga.
De hecho, se muestra sorprendido cuando se le llama la atención, considerándose injustamente tratado y responde con conductas desmedidas a los ojos de los demás.
Las madres suelen decir "mi hijo no es capaz de obedecer después de una explicación y una amenaza"; "apenas me doy vuelta, ya está haciendo lo que prohibí".
"Con mi hijo no valen los golpes, ni los castigos, simplemente no registra lo que prohibo".
Cabe decir que ni siquiera es una verdadera desobediencia, ya que difícilmente se desobedece una orden que NO se ha comprendido.
Esto se corresponde con la incapacidad que tienen muchos de estos niños para comprender órdenes verbales.
TRASTORNOS DEL APRENDIZAJE:
Están casi siempre presentes. Generalmente hacen que un maestro que desconoce el cuadro clínico, llegue a la conclusión prematura de que el niño sufre un retardo mental verdadero.
Se pueden mencionar dos tipos de obstáculos para el aprendizaje que inciden es este pseudo retardo.
La hiperquinesia misma asociada a la incapacidad para la focalización de la atención y que reduce el tiempo que el niño dedica útilmente a su trabajo escolar y a las tareas en su casa.
La existencia de verdaderos desórdenes en el proceso cognoscitivo, como lo es la disociación y la falta de concentración.
Se trata de la incapacidad para ver las cosas como un todo, como una GESTALT.
Se reconoce fácilmente en los tests visomotores, porque está relacionada con otras incapacidades como la de traducir estímulos visuales en actos motores.
El niño no integra los detalles de un percepto en una totalidad o "figura acabada", por eso es que no puede dibujar correctamente las formas que se le presentan como estímulos visuales.
POSIBILIDADES ETIOLOGICAS
Al referirnos a los Problemas de la Atención, debemos destacar causales de trastornos neurológicos que pueden ocasionarlos por ejemplo la mala nutrición.
Aunque el número de neuronas no se afecte, las agresiones al S.N.C. en la primera infancia, específicamente antes del segundo año de vida, pueden provocar diversos tipos de alteraciones, como lo son la disminución de hasta un 40% de las sinapsis neuronales. Estas interconexiones no se reactivan por mejor alimentado que el niño sea posteriormente.
De allí que el Déficit Atencional y la incoordinación motora que presentan estos niños, tienen íntima relación con los trastornos que surgen del mal funcionamiento cerebral y esencialmente cerebeloso. El cerebelo ejerce una función reguladora cuanti y cualitativa de las funciones superiores de la corteza cerebral.
En animales de experimentación también se demuestra que la desnutrición y la anoxia, influyen sobre las funciones jerárquicas y observamos una manifiesta irritabilidad y modificaciones en el área del comportamiento social y menor motivación conductual.
Creemos también que quienes preconizan la etiología Genética del Déficit Atencional, tienen sus razones muy valederas para hacerlo. Numerosos miembros de una misma familia suelen presentar alteraciones del Aprendizaje con Inteligencia Normal o Superior. Podría descartarse el factor Ambiental porque se estudiaron familias con hijos Adoptivos que no tenían los referidos problemas, y sí con los hijos propios del matrimonio.
Los alumnos de clases sociales bajas, presentan sin lugar a dudas, mayores dificultades y creemos que la alimentación deficitaria, al igual que el ambiente pobre en estímulos, son los causales fundamentales. Esta falta de motivación y la desorganización en que sobreviven, generan la denominada Cultura de la Pobreza en la que el niño se desarrolla con altísima probabilidad de no salir jamás.
En otra presentación nuestra, jerarquizamos el alto número de niños disfuncionados en la población escolar de una Escuela de Sordos e Hipoacúsicos y en ella demostramos estadísticamente que aunque la indemnidad neurológica por si sola No Garantiza la Oralización de los niños discapacitados auditivos, la Disfunción Cerebral, al igual que la lesión Cerebral, agravan el pronóstico de la misma.
Las posibilidades de Aprendizaje y Lenguaje se ven seriamente perturbadas cuando se agrega otro factor a los que provocaron los retardos audiológicos.
Entre las causales postnatales más frecuentes de alteraciones Neurológicas distinguiremos:
Las enfermedades infecciosas de los primeros años de vida, como lo son las meningoencefalitis, el sarampión, el coqueluche, escarlatina y neumonías, entre otras.
Los traumatismos craneanos.
Secuelas de ictericia perinatal.
Neoplasias cerebrales.
Anoxias accidentales.
Deshidrataciones agudas, habitualmente por gastroenteritis.
La desnutrición o malnutrición, etc.
Desnutridos fetales.
Estas patologías alteran habitualmente el órgano de mayor jerarquía del ser humano: el Cerebro. De allí que quiero resaltar con sumo cuidado que los trastornos del aprendizaje tienen como radicación esencial el Sistema Nervioso Central. El régimen escolar deficiente, la discriminación racial o social, el hogar inestable, son factores que perturban y reagravan, cuando están presentes, el pronóstico adaptivo y evolutivo. Pero no son indispensables para la presencia del Trastorno de Aprendizaje.
El Cerebro es el que al no estar en perfectas condiciones, produce o en su defecto no puede impedir, las dificultades descriptas y que aglutinamos como trastornos de Aprendizaje por dificultad Atencional.
La Oficina Nacional de Educación de los Estados Unidos, en el informe denominado "National Project of Nominal Brain Dysfunction in Children", reafirma la tendencia a interpretar que los términos: Disfunción Cerebral Mínima y los Trastornos de Aprendizaje por Alteraciones de la Atención, son caras de la misma moneda y pueden ser utilizados indistintamente. Adherimos plenamente en lo conceptual y terapéutico.




Fuente: Dr. José Félix NANI Cuzco 399 Bs. As., Docente Autorizado y Profesor Asistente de Pediatría U.B.A. http://www.adhd.com.ar/publicaciones2.htm

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